Laocoonte y sus hijos

antigüedad escultura vaticano Aug 16, 2024
La escultura "Laocoonte y sus hijos", ubicada en el Museo Pío Clementino en la Ciudad del Vaticano, es el conjunto escultórico más admirable de este tema. 

 

Cuando los caudillos dánaos construyeron un enorme caballo de madera para ocultar a sus guerreros, lo dejaron frente a las murallas de Troya y fingieron su retirada, los troyanos iniciaron un debate sobre qué debían hacer con él. Algunos aconsejaron introducirlo en la ciudad, otros pensaron que debía ser destruido. Laocoonte, sacerdote de Neptuno, descendió corriendo de la ciudadela y trató de convencer a todos de que el caballo ocultaba un secreto que sería funesto para Troya. 

Las advertencias de Laocoonte fueron interrumpidas por Sinón, que debía convencer a los troyanos de la inocencia detrás del caballo de madera y conducirlos a su perdición. Laocoonte, al ver que Sinón estaba cumpliendo su cometido, fue a sacrificar un toro para el dios que servía. En ese momento dos serpientes monstruosas devoraron a sus hijos y luego lo ahorcaron a él entre sus anillos. 

Esta es la historia que nos narra Virgilio en su Eneida, aunque existen otras versiones de este relato. Según la tradición griega, Laocoonte era sacerdote de Apolo y fue Poseidón o Atenea (dioses favorables a los griegos) quienes enviaron a las serpientes como castigo por tratar de advertir a los troyanos de la trampa. 

Sea como fuere, el episodio sirvió como inspiración para los artistas griegos y romanos que retrataron a Laocoonte, sus hijos y las serpientes. La obra más admirable de este tema es, sin duda, la que se encuentra hoy en el Museo Pío-Clementino en la Ciudad del Vaticano.

 

Detalle de Laocoonte

 

Descripción de la obra

 

Esta imponente obra esculpida en mármol fue encontrada en 1506 en la colina Esquilina de Roma. Se ha debatido mucho sobre su fecha de creación, aunque actualmente se acepta que pudo ser en torno al 40 a.C.  En la Historia Natural escrita por Plinio el Viejo (77 a.C.) aparece un elogio hacia un grupo escultórico de Laocoonte: “Esta obra debería ser considerado superior a cualquier otro por su pintura y por su valor como estatua”. Cuando la obra fue descubierta, quedó claro que podía ser la elogiada por Plinio el Viejo.

Esta escultura es distintiva por su movimiento y dramatismo. El miedo y el sufrimiento extremos se muestran en las expresiones de los personajes y la lucha desesperada se hace evidente por sus posturas tensas. En el centro encontramos a Laocoonte con la cabeza inclinada hacia atrás y los ojos mirando al cielo, mostrando su agonía. A su derecha vemos al hijo menor sin esperanza de salvación y, a su izquierda, el hijo mayor parece con más posibilidades de huir.

 

Detalles de los hijos de Laocoonte

 

La obra no sólo fue elogiada por los antiguos, los artistas del Renacimiento estuvieron tan maravillados con ella que, incluso, el joven Miguel Ángel la tomó como inspiración para definir su estilo. También resultó atractiva para los escultores del barroco, como Bernini, que admiró su expresividad y dinamismo. 

 

¿Por qué se encuentra en el Vaticano?

 

El papa Julio II estaba en el poder de los Estados Pontificios cuando la escultura fue descubierta. Este papa es famoso por ser mecenas de los grandes maestros del Renacimiento, que embellecieron el Vaticano con sus obras. Bajo su patronazgo, Rafael pintó las estancias papales, incluyendo la famosa Escuela de Atenas; Miguel Ángel decoró la bóveda de la Capilla Sixtina; y Bramante diseñó la nueva Basílica de San Pedro.

Julio II tenía la ambición de transformar el Vaticano en un centro cultural de renombre, lleno de maravillosas obras artísticas de todos los tiempos. Por esta razón, adquirió la escultura del Laocoonte y la colocó en el Patio de las Estatuas, convirtiéndolo en el núcleo más importante de su programa decorativo. Este patio es ahora una parte integral de los Museos Vaticanos, que atraen a seis millones de visitantes al año.

El mecenazgo pontificio ha permitido que hoy admiremos, en lo que antiguamente fue una necrópolis, un tesoro invaluable que alberga obras maestras de genios como Boticelli, Miguel Ángel, Rafael, Bramante y Bernini. Si quieres descubrir esta historia a través del arte, conoce nuestro curso: “El Vaticano, de necrópolis a tesoro artístico” dando click aquí.

 


 

Bibliografía

  • Redig de Campos (1966), Museos del Vaticano, Ed Salvat, Italia.
  • Virgilio (2016), Eneida, UNAM, México.
  • Varios (2017), El Libro del Arte , Ed. Penguin Random House, China. 
     

 

Autora

Sara Padilla.  Licenciada en Historia por la Universidad Autónoma de Aguascalientes y escritora con estudios en Escritura Creativa y Crítica Literaria por la Universidad Nacional Autónoma de México. 

 

 

¿Quieres recibir tu break cultural?

Si eres un apasionado de la historia y el arte, regístrate aquí y recibe todos nuestros contenidos.